LOS TRUENOS MILAGROSOS DE ATEMAJAC.

   Como es tradicional, en este mes de Octubre en Lomas de Atemajac, entre Avenidas Fidel Velazquez y Federalismo, en Zapopan, Jalisco,

empezaron a tronar bombas y cohetones que retumbaban como si estuviéramos en una noche de guerra en Ucrania y me desperté asustado,

agarrando por instinto mi escopeta cuata que guardo cerca de mi cama y me levanté de prisa, sin camisa para salir a la cochera,

y mi esposa me detuvo diciéndome que solo estaban llamando a misa.  

  Como cardiaco que soy, subió fuerte mi presión y me tomé una pastilla, viendo el reloj que marcaba las cinco de la madrugada

y ví a mi esposa de rodillas rezándole a la Virgen Maria para que nos ayudara a que ya no tronaran mas cuetones ese día, pero

siguieron tronando esporádicamente, y dieron las 5 de la tarde y continuó el bombardeo que nos hace sentir muy feo, y en estos

momento estoy escribiendo estas notas donde plasmo lo que estoy sintiendo.

  En el pasado, he leido la noticia de que la Santa Iglesia se desliga del pecado de las bombas de dinamita, culpando a los propios

fieles de esa conducta masoquista, y por otra parte la autoridad mundana no hace nada.

  Los niños y ancianos somos los mas afectados, porque los niños despiertan llorando y nosotros angustiados, y ante tanto bombardeo

nos sentimos abandonados hasta por Dios que permite estos actos, sin que la autoridad mundana haga nada.

  Esto me hace recordar aquella anécdota del compositor yucateco Armando Manzanero, cuando se sentía agobiado por los horribles

ruidos de México, la gran capital, y cuando se sentía muy mal de gravedad, decia: -«Yo mejor me voy pa´ Merida, mi capital de Yucatán,

y allá me voy a aliviar.»

  Y ahora ya estoy pensando en largarme de regreso a mi querido Mazatlán, Sinaloa, para escuchar la música estruendosa de tambora de mi tierra, 

y las balaceras narcas que suenan desde Culiacán, que comparadas con la escandalosa Guerrra de Atemajac… es música celestial.

  Como diria mi querida abuela, quien era genial, a veces: -«En Atemajac, hay MUCHO RUIDO y pocas nueces, pero por largarte de Mazatlán, eso y más mereces».

dalan16@hotmail.com                                                                                                    *Doctor en Ciencias. UdeG.

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